viernes, 6 de abril de 2012

Y la cuarta cosa que no quiero ver después de una noche de borrachera es cómo me quedó la conciencia. Cagada tras cagada, como siempre. Haciendo cosas sin pensar, por escapar, por fingir, por divertirme. Y siento la culpa de los veinte años, ya nada es lo mismo que antes, tengo miedo. Miedo a la soledad.

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